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Artículo de Caridad García secundando el paro el #8Marzo #HuelgaFeminista



#HACIALAHUELGAFEMINISTA           #8Marzo

La última Conferencia de NN.UU sobre mujer se realizó en Beijing en 1995, tras ella se han celebrado, cada cinco años, revisiones sobre lo acordado en la misma, la última en 2015 el resultado final de esta última revisión consistió en instar a las distintas comisiones regionales a llevar a cabo exámenes regionales, eso sí de manera exhaustiva.
Cuando en 1995 NN.UU convocó la, hasta el momento, última Conferencia Mundial, en Beijing con un número importante de países, siendo destacable la presencia de países islámicos y el Vaticano., las mujeres consideramos, sobre todo en el foro alternativo, que había llegado el momento de dar pasos de gigante de cara al empoderamiento de las mujeres. De hecho 23 años después seguimos recordando con cierta nostalgia el papel de las mujeres latinas verdaderas artífices de la lucha por el empoderamiento.
Igualmente nos sentimos ilusionadas, pese a las trabas y concesiones que hubo que hacer por la presencia de los países antes mencionados. Los 12 objetivos tenían un gran calado:
Mujer y pobreza.
Educación y capacitación de la mujer.
Mujer y Salud.
Violencia contra la mujer.
Mujer y conflictos armados.
Mujer y economía.
Mujer en ejercicio del poder y la adopción de decisiones (empoderamiento)
Mecanismos institucionales para el adelanto de la mujer (empoderamiento)
Derechos Humanos de la mujer.
Mujer y medios de comunicación.
Mujer y medio ambiente.
La niña.
Hemos querido traer a colación lo acordado y la ilusión generada para comprender o entender porque a día de hoy desde el movimiento feminista proponemos para el próximo 8 de marzo una huelga de mujeres.
Tan solo un breve repaso a los objetivos marcados entonces y analizar de forma somera la situación de la mujer en la actualidad, en cada uno de ellos justifica por sí mismo la urgencia de realizar un acto que visibilice, una vez más la realidad o las realidades que vivimos y/o sufrimos las mujeres.
Sabemos y conocemos las crecientes desigualdades en el mundo desarrollado: la feminización de la pobreza, las muertes por violencia machista, desigualdades salariales, escaso avance en la presencia de mujeres en los círculos de poder. Desde 1995 los avances han sido escasos y poco consolidados en los países más ricos y, sin embargo NN.UU, no parece tener como objetivo una nueva Conferencia que permita debatir sobre qué papel está jugando la mujer en los nuevos conflictos sociales y políticos y que grado de cumplimiento y seguimiento se ha hecho por las diferentes regiones de aquellos objetivos.
Y esto desde la perspectiva de los países desarrollados, si lo tuviéramos que hacer desde la situación en la que se encuentran los menos desarrollados o en vías de desarrollo, tendríamos serias dificultades para encontrar avances significativos: violencia generalizada contra ellas tanto en el ámbito doméstico como por conflictos bélicos o supuestas tradiciones religiosas, salvo contadas excepciones nula representación de la mujer en los ámbitos de poder o decisión, dificultad en el acceso a la salud (reproductiva y no reproductiva),trabas sociales y políticas en el desarrollo educativo; utilización de las niñas (matrimonios infantiles), rapto de menores como botín de guerra trabajos precarios y en condiciones casi esclavistas.
Estamos finalizando la última década del siglo XXI, aquel que pensábamos iba a ser el siglo de las mujeres y las condiciones para ello no solo no mejoran sino que  tienden a empeorar. Las mujeres y no solo nosotras, los hombres con conciencia de clase y de lucha por la libertad, también, debemos secundar el paro del próximo 8 de marzo, debemos mostrar al mundo que sin nosotras no hay futuro y sin futuro no hay nada.
Caridad García Álvarez

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